¿Estás haciendo de tu preocupación una costumbre?

Hace algunos años, leí un artículo que me hizo reflexionar sobre este tema, decía que muchas veces hacemos de la preocupación una costumbre, entonces, me di cuenta de que gran parte de mi vida, me había pasado preocupándome. Me preocupaba el trabajo, el dinero, la salud, la seguridad, el tráfico, el clima, la comida y muchas cosas más, sería que ¿me había “acostumbrado a preocuparme”?

Aquí te hago llegar un resumen de lo que investigue:

¿Porque nos preocupamos?

La preocupación es una emoción que aparece cuando uno se anticipa negativamente al futuro, por ejemplo ¿Y si me enfermo?, ¿Y si fracaso?, ¿Y si …?

Cuando nos preocupamos, pensamos que estamos haciendo bien, sentimos que nos protegemos y protegemos a nuestros seres queridos, sean familia o amistades, pero si analizamos, un gran porcentaje de nuestras preocupaciones son situaciones que no podemos resolver, por lo tanto, el tiempo y la energía que le ponemos a esas preocupaciones son inútiles.

Por otro lado, a veces la preocupación es algo bueno, cuando por ejemplo hay una amenaza real, en esos casos, no preocuparse podría ser un problema.

¿Cuándo la preocupación no es buena?

Cuando la preocupación interfiere con nuestra vida, nos limita, nos origina angustia o sufrimiento, entonces es cuando la preocupación es mucho más dañina que útil. “Los que se preocupan tienen más probabilidades de tener síndrome del intestino irritable, náuseas, fatiga, dolores y molestias”.

Lo bueno es que existen formas de romper este ciclo y recuperar la vida.

¿Qué podemos hacer para acabar con las preocupaciones?

  1. Identifique lo que le preocupa y haga una lista de sus preocupaciones.
  2. Analice la lista, y por cada asunto que le preocupa, haga la siguiente pregunta:

        ¿Puedo hacer algo ahora que me lleve a una solución en este asunto?

  • Si la respuesta es sí, entonces ponte en acción.
  • Si, por el contrario, no tienes control sobre el asunto y no puedes hacer nada que conduzca a una solución; preocuparte y perder el sueño por este asunto, ¿vale la pena? En este punto, es importante aceptar las propias limitaciones, eso nos ayudara a superarlas.
  1. “Las personas preocupadas a menudo tienen un sentido de urgencia, necesitan la respuesta ahora mismo sino algo terrible puede pasar”. Cuando sucede esta situación, recomiendan concentrar la mente en mejorar el momento”. Respirar profundamente, leer o escuchar música para detener el reloj y reducir la ansiedad.
  2. La ansiedad o la preocupación, tiene que ver con la anticipación. Y generalmente los ¿Qué pasaría si,…?, son mucho peores que, cuando realmente suceden. Dicen que los que se preocupan, son realmente buenos para manejar problemas reales. Saquémosle ventaja a esta capacidad.
  3. Manifiesta tus emociones, no te reprimas, porque cuando manifiestas tus emociones, sea llanto o enojo, no hay preocupación.
  4. Habla de lo que te preocupa, si crees que tu preocupación es excesiva, busca ayuda. Existen técnicas de terapia que te pueden ayudar a preocuparte menos, al llegar a la raíz del problema. Cada persona debe comprender ¿qué causa su ansiedad? o ¿con qué se relaciona?

Aprendimos a preocuparnos de todo, ahora:

¿Estás lista para deshacerte del sufrimiento que te impide vivir plenamente tu vida? ¡Hagámoslo!

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